Las complicaciones en la cirugía de la reducción de los pechos son casi siempre de naturaleza menor. La complicación más común después de la cirugía es un hematoma (una acumulación de sangre por debajo del pecho), que tiene fácil solución con la colocación de un drenaje. Mantenemos dichos drenajes durante unos días hasta que el débito del mismo sea pequeño, logrando así que salga la mayor parte de líquido acumulado y mejorando su recuperación.
La dehiscencia de algún punto de sutura es algo frecuente. No representa ningún problema ya que cierra espontáneamente en poco tiempo. La realizan varios puntos internos, y por tanto no será necesario retirarlos. Estos puntos internos son reabsorbidos por nuestro organismo, pero en ocasiones, los que están cerca de la piel o bien las zonas donde realizamos los nudos (que son más gruesas), no logran ser eliminados y salen al exterior, siendo entonces retirados fácilmente.
Las complicaciones tales como la infección, la ulceración de la piel, el crecimiento excesivo de las cicatrices (queloide) y la pérdida de vitalidad del pezón y/o la piel, también pueden ocurrir, pero son muy raros. Los cambios en la sensibilidad de los pezones son frecuentes tras la intervención, y generalmente se restablecen con el paso del tiempo.